viernes, 13 de abril de 2012

MENSAJES DE AMOR Y TIEMPO

Caminar por el monte xerófilo argentino, zona que se extiende desde el norte de la provincia de Córdoba, la provincia de Santiago del Estero, el norte santafecino, el este salteño y las provincias de Chaco y Formosa siempre me ha provocado una intensa emoción, un sentimiento muy  fuerte.
El paisaje agreste conformado por una vegetación propia de lugares con escasas lluvias, y una fauna que llama la atención por su dualidad entre lo muy salvaje  y lo muy  tierno.
Pero más que nada la cordialidad de su gente es lo que impacta. Siempre dispuesta a dar lo poco que tienen para que el visitante se encuentre a gusto. Como aquella vez en pleno invierno, en un paraje cercano a Gancedo, Don Antonio Godoy nos prestó su rancho para que pasáramos la noche e hizo dormir a sus hijos debajo de la ramada. O la familia Gorosito de La Encrucijada que nos esperaba con los brazos abiertos y Miguel (que por ese entonces era un chico) nos hacía de baqueano por el norte cordobés. Esa gente es igual al paisaje, sufrido, taciturno, cordial y a la vez  arisco.
Los caminos polvorientos, largos e interminables cruzados muy de vez en cuando por algún carro, o en mejor de los casos por algún sulky, o solamente una bicicleta. Y los algarrobos, los espinillos y los quebrachos. Las montarazas, las corzuelas y las chuñas, colorido collage que vuelve a mi memoria. Hermosos recuerdos, vívidos y posiblemente magnificados por el tiempo transcurrido, pero como dice mi amigo Jorge: “recordar” es volver a pasar por el corazón algo que hemos experimentado y hoy mi corazón es desmesurado.
 Es por eso  que  para este humilde servidor la mejor representación de ese entrañable monte es este tema de Elsa Corbalán y Onofre Paz






Espesura de los montes, canto del ave salvaje
mensaje de amor y tiempo, en el árbol y el plumaje.
Rumor del silencio herido, por el canto de algún hacha
o el silbó de algún peonsito, que va volviendo a la casa.
Noche llena de misterio, calladas aves que vuelan
Remontando a la distancia, sus sueños hechos tinieblas
mirada del hombre simple, temeroso y tan sufrido
que habla con ruda nostalgia, de las cosas que ha perdido.
"Monte Quemado que esperas, una bendición de Dios
árbol, pájaro y camino, tierra, noche, canto y sol"
Monte espeso monte virgen, tan lejano y olvidado
andando nomás distancias, pago de Monte Quemado.
Rastros que ondulan la siesta, dibujándose en la tierra
amor que explota en el aire, mezclado con las tristezas.
Noche llena de misterio, calladas aves que vuelan
Remontando a la distancia, sus sueños hechos tinieblas
mirada del hombre simple, temeroso y tan sufrido
que habla con ruda nostalgia, de las cosas que ha perdido



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