domingo, 23 de enero de 2022

DIAMANTES Y HERRUMBRE

 

Corría el año 1963 en el Festival Folk de Newport (Rhode Island) una pareja de amantes ocasionales se encontró arriba del escenario. Ella lo había conocido tiempo atrás cuando era una joven estudiante pacifista que entonaba estrofas comprometidas con la situación social y política (lo que luego se llamaría canción de protesta). Él recién comenzaba a experimentar con la música y era uno de los innumerables beatniks de Greenwich Village. Ella lo convenció para subir a un escenario y esa fue la ocasión.

Esa noche al finalizar la noche en medio de un "rugido ensordecedor de aplausos" llevaron al escenario a esta pareja, junto a Pete Seeger, y los Freedom Singers para un cierre espectacular. Los cantantes se pararon en una sola línea frente a la audiencia con los brazos cruzados y las manos juntas y comenzaron a cantar una variación de un himno bautista. La nueva encarnación del himno, We shall overcome (Venceremos), se había convertido en el himno para el Movimiento de Derechos Civiles.

Ella era Joan Baez y el Bob Dylan

Bob Dylan aún no había alcanzado la fama, pero fue allí donde amagó convertirse en el portavoz de una generación, como finalmente sucedió. Joan Baez, activista contra la guerra de Vietnam ya gozaba de amplia credibilidad entre los cultores del folk. Dueña una voz privilegiada –mezzo soprano - con un vibrato controlado que le da una fuerza interpretativa exquisita. La pureza de su voz, la sencillez de las melodías, el carácter comprometido de sus letras y la belleza de su rostro de mujer la hicieron una participante de la mayoría de los recitales comprometidos de los 60, 70 y 80.

Esa noche hicieron delirar a la concurrencia. El tocaba la guitarra acústica y ella seguía las poéticas letras con una voz dulce pero enérgica. Fue el punto cumbre de la relación, tanto musical como afectiva.

En 1963 y 1964, Dylan cantó en el cierre del festival de Newport  ante los vítores del público siempre con Joan Baez a quien se consideraba su protectora hasta ese entonces y quien lo había invitado al festival.

Temas como Blowin in the wind alimentaban en Baez los ideales  de amor y justicia social y pensaba que había encontrado a su camarada y que participaban de los mismos ideales.

En la gira inglesa de Dylan, Joan lo acompañó pero él no la invitó a participar de su show. Claramente ella ya no encajaba en la nueva concepción, ni en filosofía ni estilo. Ella quería estar allí, pero el círculo de amistades de Bob siempre la incomodaba.

La mujer que presentó en sociedad a Dylan, que cantó sus poemas, termina siendo la sombra de dicho hombre. También comienza a cuestionarle sus experiencias peligrosas con las motocicletas (casi se mata en 1966), las drogas, el alcohol y sobre todo la infidelidad. La pareja símbolo de la canción de protesta, del compromiso pacifista, de los ideales de libertad y antirracismo, no tarda en quebrarse definitivamente. Dylan, en permanente viraje musical acentúa la separación al cansarse de su rótulo de intérprete de resistencia. Decide disfrutar de las bondades de las estrellas del rock.

Bob Dylan se casó con Sara Lownds en noviembre de 1965 y Joan Baez lo hizo con David Harris en marzo de 1968 y se divorció de él en 1973.

Era el año 1975 cuando Joan Báez, que no dejaba de pensar en Bob, retomó la amistad con su antiguo amante. Ambos se enrolaron en una gira conocida con la leyenda Rolling Thunder Revue. Y compusieron la banda de una película, Ronaldo y Clara, de cuyo rodaje se encargó totalmente él. Volvieron las noches de pasión en la pareja. Joan Báez siempre lo consideró el hombre de su vida, para el que creó estas canciones, entre otras: "To Bobby", "Diamonds and Rust" y sobre todo "Winds of the Old Days", donde recordaba lo mucho que él la hacía sufrir en aquellos días ventosos y de furia.

La reanudación de sus amores, tuvo su punto final un par de años después cuando Dylan contrató como vocalista a Carol Dennis con quien termina casándose en secreto años después.

 Los destinos de Bob Dylan y Joan Báez volverían a encontrarse en 1984, cuando cantaron nuevamente juntos en una gira organizada por Carlos Santana. Pero el amor que ella seguía sintiendo por Bob no se apagaría en los decenios siguientes, hasta la actualidad. Aunque no era correspondido por él con la misma intensidad. Las rarezas del divo imposibilitaban una estabilidad entre los dos. Solo coincidían en una cosa: Joan confesaría: "Estoy hecha para vivir sola". Que es lo mismo que ha acabado haciendo él.

“Bob es uno de los seres humanos más complejos que haya conocido. Creo que al comienzo traté de comprender a este muchacho, me rendí así que no sé, no sé lo que pensaba, solo sé lo que nos dio”

Hoy Joan ha cumplido 81 años (09-01-1941) y Bob los cumplirá muy pronto (24-05-1941) y para mí, es una de tantas historias de amores que no se concretan o se concretan a medias. Y que no son más (ni menos) que eso, historias de amor, que la memoria y el recuerdo agigantan en la cabeza de alguno de sus actores.