La tolerancia, virtud o arrogancia?
Tolerar según el diccionario de la RAE
1. Soportar, admitir o permitir una cosa que no gusta o no se aprueba
del todo [alguien que tiene la autoridad para oponerse a ello].
2. Permitir algo ilícito sin consentirlo expresamente.
Cuando digo que soy tolerante me
estoy colocando en un lugar de superioridad; “te tolero porque soy más fuerte”,
“te tolero porque puedo”, “te tolero porque en realidad lo que haces no está
bien y espero que cambies”, “soy más bueno, soy más digno… que lo que tolero”,
ya sea una situación, una persona o una incapacidad propia. Cuando estoy
tolerando, en forma solapada estoy formulando un juicio y una crítica. Es caer
en la trampa de creerme mejor. Se parece bastante a soportar. Y que pasa si me
canso y ya no puedo o no quiero soportar, no puedo o no quiero tolerar?, entonces
puedo justificar la ira del final.
Muy diferente es el aceptar
Aceptar según el diccionario de la RAE
1. Recibir [una persona] voluntariamente algo que se le ofrece o
propone.
Cuando acepto, lo hago sin
pretender cambiar nada. “Te acepto tal cual eres porque confío en mí y me abro
al misterio de encarar una relación contigo de igual a igual”, “Acepto esta
situación tal cual es, porque confío en mi capacidad de aprendizaje”. El
aceptar implica fe y confianza en mí y en los demás sin la pretensión de cambiarlos ajustándolos a mis deseos.
Tolerando (soportando) es como
vamos cerrando posibilidades que nos encaminan hacia un muy probable final: la
rebeldía. Es un embudo.
Aceptar es un gran “SI” que nos
permite ver las posibilidades y las oportunidades que hay en mí, en el otro y
en la situación.
En el mayor acto de amor que yo
conozco, Jesús en el huerto de Getsemaní oraba diciendo: Padre, si es tu
voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Nadie diría que estaba tolerando.